El mercado de la vivienda en España mantiene su impulso gracias a la obra nueva. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en julio se registraron 64.730 operaciones de compraventa, lo que supone un incremento del 13,7 por ciento respecto al mismo mes del año anterior.
El segmento de obra nueva destaca como motor del crecimiento, con un repunte del 22,3 por ciento interanual, alcanzando las 13.640 unidades vendidas. Este comportamiento contrasta con el de la vivienda de segunda mano, que también crece, aunque de forma más moderada, con un aumento del 11,6 por ciento.
En cuanto al tipo de vivienda, el 93,1 por ciento de las transacciones correspondieron a inmuebles libres, con un crecimiento del 10,2 por ciento, mientras que las viviendas protegidas representaron el 6,9 por ciento del total, registrando un ligero avance del 2,8 por ciento.
El dinamismo del mercado no ha sido uniforme en todo el territorio. Extremadura (+28,0 por ciento), Aragón (+23,8 por ciento) y Castilla-La Mancha (+21,1 por ciento) lideraron el crecimiento de las operaciones, consolidándose como regiones de fuerte atractivo residencial e inversor. En el otro extremo, Navarra (-15,7 por ciento) y Cantabria (-5,9 por ciento) fueron las únicas comunidades que reflejaron caídas en la actividad.
El notable aumento en la compraventa de viviendas nuevas refleja la recuperación de la oferta y la confianza del comprador, en un contexto en el que los promotores están reactivando proyectos y los consumidores muestran un renovado interés por viviendas modernas, sostenibles y eficientes energéticamente.
En un entorno económico de estabilidad y con una demanda creciente, el sector inmobiliario español sigue mostrando signos de fortaleza y adaptación, especialmente en el segmento de la obra nueva, que continúa ganando protagonismo dentro del mercado residencial.
Foto: Anne Nygård (Unsplash)