Andalucía vuelve a demostrar que su apuesta por las grandes citas no es una moda pasajera, sino una estrategia sólida de desarrollo económico. El último fin de semana de abril ha marcado un hito en el turismo deportivo y cultural, con dos eventos deportivos en Andalucía de alto calibre que proyectan a la región como uno de los destinos con mayor retorno en términos de inversión en ocio y entretenimiento.
La combinación entre la final de la Copa del Rey —que enfrentó al FC Barcelona y al Real Madrid— en el estadio de La Cartuja (Sevilla), y el Gran Premio de España de motociclismo en el Circuito de Jerez-Ángel Nieto, ha generado un impacto económico combinado cercano a los 100 millones de euros, según estimaciones de las administraciones autonómicas y locales.
Sevilla, capital andaluza y foco del turismo urbano y deportivo, acogió uno de los clásicos más esperados del fútbol español, con una asistencia de 70.000 espectadores y una ciudad prácticamente colapsada por la alta demanda hotelera. Según la Junta de Andalucía, este solo evento dejó más de 60 millones de euros, superando la cifra récord del año anterior cuando se enfrentaron el Athletic Club y el Mallorca.
Para los inversores institucionales, fondos de capital y promotores turísticos, esto representa una oportunidad clara de posicionarse en un ecosistema en crecimiento.
Por su parte, Jerez, con su consolidada tradición en el motociclismo, recibió una afluencia sin precedentes. Las proyecciones municipales cifran en más de 30 millones de euros el retorno económico del Gran Premio, con un crecimiento del 20% respecto al año anterior. La ciudad recibió 20.000 visitantes más que en 2024, un dato revelador del potencial de este tipo de celebraciones.
Tanto en Sevilla como en Jerez se alcanzó lo que el sector denomina «lleno técnico»: ocupación hotelera prácticamente total. En la capital hispalense, las tarifas llegaron a alcanzar los 800 euros por noche, mientras que en Jerez los precios para todo el fin de semana arrancaban en 400 euros, reflejo de la presión de la demanda sobre la oferta local.
Esta situación refuerza el atractivo de Andalucía como plaza rentable para la inversión turística e inmobiliaria, especialmente en segmentos premium, donde eventos de alto nivel actúan como catalizadores de demanda en picos específicos del año.
Lo vivido en abril no es un caso aislado. Andalucía lleva años consolidando un modelo de crecimiento en torno a los eventos de proyección internacional, con retornos medibles y sostenidos.
En 2023, Sevilla fue sede de los Latin Grammy Awards, celebrados por primera vez fuera de Estados Unidos. El impacto fue contundente: 151 millones de euros, más los ingresos derivados de conciertos relacionados en ciudades como Cádiz y Málaga en 2024.
En el ámbito deportivo, la comunidad ha sido escenario de un impresionante abanico de competiciones de élite: desde la Copa Davis en Málaga hasta la Solheim Cup, pasando por la Supercopa ACB, torneos de selecciones nacionales de baloncesto, fútbol sala, rugby y hasta eventos emergentes como la Kings y Queens League, o la esperada Velada de Ibai, que combinará espectáculo y boxeo amateur este próximo julio.
Estos datos no hacen más que reforzar la idea de que Andalucía está apostando con firmeza por un modelo económico donde el ocio, el turismo y los grandes eventos actúan como motores de transformación urbana, atracción de inversión y dinamización de sectores complementarios como la hostelería, el comercio y el transporte.
Para los inversores institucionales, fondos de capital y promotores turísticos, estos eventos deportivos en Andalucía representan una oportunidad clara de posicionarse en un ecosistema en crecimiento, respaldado por una administración activa, infraestructuras competitivas y una fuerte demanda nacional e internacional.
Foto: Harlie Raethel (Unsplash)