Allá por los años 50 se organizaron planes de desarrollo en Andalucía que con el tiempo dieron sus frutos. De forma más concreta se trabajó para que el turismo fuera uno de los pilares básicos de la economía andaluza gracias a la inversión en hoteles, restaurantes y otras actividades ligadas al sector. Así fue durante la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI. Sin embargo, la pandemia de la Covid puso freno a ese crecimiento desbocado. En su recuperación, Andalucía demuestra que vende la mejor playa y el mejor sol, pero también es mucho más que eso.
Vamos con algunos datos. Andalucía es la tercera comunidad autónoma que más turistas nacionales recibe. La región más poblada de España y la que cuenta con la segunda mayor población costera acumula el catorce por ciento de las pernoctaciones y casi el dieciséis por ciento de los viajes que se realizan desde otro punto de nuestra geografía. Solo es superada por Madrid y Cataluña. Son datos extraídos de una encuesta de turismo del Instituto Nacional de Estadística.
Sin embargo, los turistas españoles dejan de media poco más de cuarenta y nueve euros al día por persona en Andalucía, y los extranjeros ciento catorce. El objetivo es claro: virar el rumbo del turismo de sol y playa hacia otro más exclusivo. Están los ejemplos del turismo cultural en Málaga o el de turismo de deportes de invierno de Granada.
El sector turístico ha desplazado a la agricultura, que compite en un mercado fuertemente globalizado. El sector agrícola de Andalucía atesora el veinte por ciento de la superficie cultivable de España y ocupa el segundo lugar en la clasificación de comunidades autónomas, por detrás de Castilla y León. La fuerte competencia de los productos como el aceite de oliva se puede superar con una mayor especialización y una fuerte inversión en la inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico para hacer la agricultura más sostenible.
«Los sectores del turismo, la agricultura sostenible, las renovables, el aeroespacial, o el de la innovación liderada por el Málaga Tech Park son garantía de éxito en el desarrollo de negocios e Andalucía. Y son muchas las razones que apoyan la idea de que es una región importante para las inversiones»
Las renovables, visión de futuro
La guerra en Ucrania ha acelerado la necesidad de imponer nuevos modelos energéticos en Europa y Andalucía tiene todas las herramientas para ser líder en este sector. Así lo muestran los expertos. Más de la mitad de las infraestructuras que se emplean en esta región trabajan con energías limpias, concretamente el 54’8 por ciento, según REE.
Esta posición de liderazgo en la que se sitúa Andalucía llega gracias a los datos de la Agencia Andaluza de la Energía, que identifica un potencial bruto de más de trescientos mil megavatios eléctricos renovables todavía por explotar. De forma más concreta, la Junta de Andalucía cree que en su territorio existen ochocientas mil hectáreas en las que se podrían instalar centrales fotovoltaicas y termosolares con un potencial de doscientas cincuenta y cuatro mil y diecinueve mil megavatios, respectivamente.
Otro segmento de renovables destacado es el de la biomasa. Andalucía dispone de más de veinte millones de toneladas de este recurso, que se genera a partir de residuos agrícolas, ganaderos, forestales, industriales y urbanos. A eso hay que sumarle la producción de energía eólica terrestre, con especial incidencia en la zona del estrecho de Gibraltar.
Los expertos destacan que existen cuatrocientas ochenta mil hectáreas aún por explotar, en las que se podrían instalar parques eólicos con veinticinco mil setecientos megavatios. A esa cifra habría que añadirle otros once mil megavatios MW de potencial de energía eólica marina que podrían producirse en paralelo a la costa de Huelva y Cádiz.
¿Por qué invertir en Andalucía?
Los sectores del turismo, la agricultura sostenible, las renovables, el aeroespacial, o el de la innovación liderada por el Málaga Tech Park son garantía de éxito en el desarrollo de negocios e Andalucía. Y son muchas las razones que apoyan la idea de que es una región importante para las inversiones.
Hablamos de atractivas políticas salariales y costes operativos inferiores a la mayoría de regiones españolas y europeas. También de la disponibilidad de mano de obra altamente cualificada y un sólido entorno tecnológico y de I+D. Sin olvidar los razonables costes operativos en áreas como la energía, bienes inmuebles y telecomunicaciones, así como por una gran disponibilidad de suelo y propiedad industrial a precios asequibles.
«Sectores en crecimiento, infraestructuras, costes laborales y mano de obra cualificada son las claves que hacen que invertir en Andalucía es invertir en éxito»
La competitividad de Andalucía destaca además por sus razonables costes operativos en áreas como la energía, bienes inmuebles y telecomunicaciones. Las tarifas de alquiler de propiedades comerciales en las dos mayores ciudades andaluzas, Sevilla y Málaga, son sustancialmente inferiores a las de Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad comparable de Europa Occidental.
Por si todo esto no fuese suficiente, Andalucía cuenta con seis estaciones de alta velocidad –la que más tiene en España– y cuatro de ellas conectan las capitales de Granada, Sevilla, Málaga y Córdoba. Tiene a su vez cinco aeropuertos internacionales –la única de todo el país– y el mayor puerto de contenedores de España.
Finalmente, las empresas tienen acceso anualmente a más de doscientos diez mil nuevos graduados universitarios, muchos de ellos en ramas técnicas, así como a más de ciento treinta mil alumnos de formación profesional.
Sectores en crecimiento, infraestructuras, costes laborales y mano de obra cualificada son las claves que hacen que invertir en Andalucía es invertir en éxito.
Imagen superior: Derek Sutton – Unsplash
