Nunca tres sílabas dijeron tanto. Nunca tres negaciones fueron una afirmación tan positiva. Arte, ingenio, locuacidad, imaginación, creatividad, diferenciación, potencia, carácter… Todo esto y más es ANDALUCÍA.
Este simple preámbulo me sirve para explicar por qué Andalucía es hoy una oportunidad para creer, vivir y por tanto invertir en ella, así como en sus gentes.
Desde el punto de vista de conocimientos, leyes, cultura o geopolítica, Europa es el centro del mundo desde hace al menos dos mil años. Desde los griegos, pasando por los romanos, para terminar con los portugueses, franceses, holandeses e ingleses, pero sobre todo los españoles, todos ellos han marcado cómo es actualmente el planeta. Las conquistas y los imperios han forjado una cultura y unos idiomas que son la base de lo que denominamos cultura occidental, que marca las relaciones mundiales con permiso y aquiescencia de la cultura oriental.
Sin duda, España fue el imperio más longevo y próspero. Fue el primero en poner el pie en América. Fue el primero que comprobó que la Tierra era redonda. Fue el primero en tener una normativa que defendía de igual forma al conquistador y al conquistado por ser ambos súbditos españoles. Y fue el “único imperio donde nunca se ponía el sol en sus territorios”.
«Andalucía es el lugar ideal para invertir. Para tener una segunda residencia. Para teletrabajar a un coste razonable. Para alejarnos del frío y la inseguridad de la guerra. Para tener a buen recaudo nuestros ahorros. Para contar con personal cualificado, resolutivo e ingenioso. Para estar rodeados de alegría, tradiciones, cultura y arte. En definitiva, para ser felices. Para convertir lo negativo en una oportunidad positiva»
Esta gesta se entiende desde la base creada por el mestizaje, costumbres, religiones y culturas de las múltiples civilizaciones que habitaron previamente la península ibérica: celtas, íberos, cartagineses, persas, fenicios, griegos, romanos o árabes, por citar algunos. Esta tremenda riqueza le dio una sabiduría y un pozo para ser capaz de gestar esta hazaña.
Andalucía es parte de Europa y de España, pero cuenta con dos factores estratégicos que la diferencian especialmente. El primero es la situación geográfica. Esta comunidad es la puerta de entrada al continente africano, la caseta de control marítimo de todos los países mediterráneos y de los que proceden del canal de Suez, y el primer enclave portuario continental con América. El otro factor es la climatología: las muchas horas de sol y el clima templado contrastan significativamente con el norte europeo.
Todo lo que hemos hablado hasta ahora son elementos históricos. Pero Andalucía es ahora una oportunidad, en especial por factores negativos de absoluta actualidad. La pandemia de la Covid-19 ha traído al mundo dos enseñanzas. La primera, que se puede teletrabajar en la mayoría de los empleos y no estar físicamente en el lugar de trabajo. La segunda enseñanza, que tener un sitio cómodo para laborar desde casa, con su buena terraza y una climatología favorable, facilita enormemente el desarrollo de dicha actividad a distancia. El otro factor es la Guerra de Ucrania, que genera en el centro y norte de Europa una incertidumbre tanto vital como económica, que hace planteable llevar tu vida a entornos más seguros en el sur del continente. El último gran elemento es la inestabilidad económica, el encarecimiento de los productos y el miedo a no poder tener energías para calentarte en invierno en países más inestables o con climas más extremos. Andalucía es asequible para la mayoría de sociedades del primer mundo, tiene un fantástico nivel gastronómico, es una sociedad alegre y acogedora, además de tener una mínima dependencia energética.
Ya tenemos nuestras tres factores negativos, nuestros NO NI NÁ. Así, Andalucía es el lugar ideal para invertir. Para tener una segunda residencia. Para teletrabajar a un coste razonable. Para alejarnos del frío y la inseguridad de la guerra. Para tener a buen recaudo nuestros ahorros. Para contar con personal cualificado, resolutivo e ingenioso. Para estar rodeados de alegría, tradiciones, cultura y arte. En definitiva, para ser felices. Para convertir lo negativo en una oportunidad positiva.
